Según la DGT el autobús es
el medio más seguro y usado para los niños en España. Cerca de
17.000 buses (40% privado) realizan servicios de transporte
escolar. La normativa reguladora de éste tipo de transporte
está compuesta por el Real Decreto 443/2001 del 27 de abril,
y sobre ésta se han hecho posteriores modificaciones.
En cuanto a las normas
y condiciones técnicas que deben cumplir éste tipo de
vehículo se encuentran:
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No rebasar los 16 años de antigüedad contados desde la
matriculación del inicio del correspondiente curso escolar.
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Tiene que
ir señalizado con el indicativo de transporte
escolar en la parte anterior y posterior del vehículo.
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Debe superar una inspección técnica anual, si tiene menos de
5 años, y semestral en caso de superar tal antigüedad.
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Debe contratar un seguro obligatorio y un seguro
complementario que cubra sin limitación alguna de cuantía la
responsabilidad civil por daños y perjuicios sufridos por
los ocupantes.
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La empresa a la que pertenece tiene que contar con una
autorización especial de transporte escolar.
El autobús debe contar con
plazas para minusválidos. La abertura practicable de las
ventanas no podrá exceder de 1/3 superior de las mismas.
El vehículo debe estar dotado de martillos rompe cristales
(protegidos para su utilización, sólo en caso de emergencia),
así como de un botiquín de primero auxilios y extintores.
El piso del vehículo
no puede ser deslizante y los bordes de las escaleras
deben ser de colores vivos. En las salidas de emergencia se
tiene que poder leer de manera clara y visible, desde el
interior y exterior la expresión “Salida de emergencia” o
“Salida de Socorro”.
Las puertas del
autobús sólo podrán ser operadas por el conductor, y la
abertura de las mismas deberá ser señalizada con las luces de
emergencia (puesta en funcionamiento de los todos los
intermitentes). Las puertas de servicio disponen de barras para
facilitar las operaciones de subida y bajada.
En cuanto a los
asientos, es importante resaltar el uso del cinturón.
Los asientos ubicados frente a huecos de escalera, o aquellos
que no estén protegidos por el respaldo de otro, deben contar
con un elemento fijo de protección. Si estos asientos van
ocupados por niños de cinco a once años, los cinturones tendrán
tres puntos de anclaje y dispondrán de cojines elevadores.
Respecto al trayecto,
la duración máxima del tiempo de viaje en cada sentido no
debe exceder 1 hora. Los recorridos y las paradas deben estar
previamente autorizados, y siempre debe circular a una
velocidad 10km/h menor que la establecida en la
vía.
En la ruta escolar es
obligatorio que el conductor disponga del carné de conducir
correspondiente al vehículo que lleva. De igual forma, es
obligatoria la presencia de un acompañante cuando el 50%
de los alumnos transportados tengan menos de 12 años o se trate
de un centro de educación especial.
El acompañante debe
llevar chaleco reflectante, y es quien asigna las plazas a
los alumnos. En las bajadas y subidas de los niños al vehículo,
el acompañante debe bajar primero y comprobar la seguridad del
acceso. La mayor parte (90%) de los accidentes se producen
cuando los niños suben y bajan del autobús, lo cual se puede
prevenir con la presencia del acompañante.
También
las paradas deben ser más
seguras,
tras la instrucción emitida por la DGT el pasado año para que
se elaboren informes que consigan una
homogeneización de las mismas y aseguren una realización del
transporte escolar en adecuadas condiciones de seguridad vial
para los dos colectivos implicados: vehículo-autocar y
peatones-escolares.
Acceso al colegio andando o en vehículo particular
Si el traslado de casa al
colegio no es en ruta escolar, siempre hay otras opciones que el
padre puede considerar. El niño puede ir al colegio en un
vehiculo particular o a pie, por lo que se deben
considerar algunas normativas para la prevención de accidentes.
Cuando se trata de un
vehículo particular, es imprescindible que el niño vaya
correctamente sentado sujeto con el cinturón de seguridad o con
los sistemas de retención
homologados. Según datos de la DGT, no llevarlo aumenta por
cinco las posibilidades de sufrir lesiones mortales. 9 de cada
10 lesiones infantiles pueden evitarse con el uso de éstos
dispositivos.
Desde la Fundación CEA
recordamos que por muy corto que sea el trayecto, es muy
importante que todos los ocupantes del vehículo utilicen los
sistemas de seguridad adecuados, ya que estos salvan vidas, y en
caso de colisión, a una velocidad de 50 km/h, un niño de 20
kilos de peso que viaje sin ningún tipo de sujeción, se
golpearía contra el parabrisas con una fuerza equivalente a 500
kilos.
Si los niños van
caminando al colegio, deben ir acompañados de un adulto que
les enseñará a cruzar siempre por los
pasos de peatones, mirando a ambos lados de la calzada, a
prestar mucha atención a la hora de cruzar la calle para que no salgan corriendo,
saltando o jugando, pues corren el riesgo de caerse en medio de
la carretera. Cuando caminen por la acera, el niño debe ir
por el lado interno, lo más alejado posible de los
bordillos, prestando atención a las entradas y salidas de los
garajes.
Nunca se debe caminar
entre vehículos estacionados, el riesgo de un accidente
es alto, ya que la visibilidad es reducida tanto para los
peatones como para los conductores, debido a que su campo de
visión abarca sólo 120º.