Este combustible lleva más de una década sorprendiendo con su efectividad y eficiencia, tanto que hoy en día es el carburante alternativo más usado en todo el mundo, además de considerarse – según los expertos – como un elemento del futuro de la automoción.
En los últimos diez años, su crecimiento ha incrementado en un 50%: más limpio y más económico que otros combustibles convencionales.
¿Qué es el AutoGas?
El AutoGas es una mezcla de butano y propano que se usa como carburante para los vehículos. Estos automóviles, que funcionan con AutoGas, son vehículos propulsados por un motor de gasolina y disponen – adicionalmente – de un depósito de dicho carburante alternativo, por ese motivo también se llaman bi-fuel.
El bi-fuel es un tipo de tecnología que permite disfrutar de todas las ventajas del AutoGas en todo momento, ya que la gasolina solo se emplea al arrancar o bien cuando el depósito de AutoGas – también denominado GLP – esté vacío, con la diferencia que cuenta con el doble de autonomía.
Una de las ventajas de este tipo de carburante es el beneficio que proporciona al medio ambiente en comparación con los combustibles tradicionales, ya que ayuda a mejorar la calidad del aire gracias a sus casi nulas emisiones de dióxido de nitrógeno.
La DGT califica a los vehículos propulsados con AutoGas como vehículos ECO y, en consecuencia, están exentos de las limitaciones impuestas a los automóviles con combustibles convencionales por exceso de contaminación en las grandes ciudades, principalmente Barcelona y Madrid. Al igual que el PIVE 8 y el Plan VEA, programas con financiamiento público para fomentar la compra de vehículos de bajas emisiones, el AutoGas está en la lista de carburantes más apoyados.
¿Cómo se adapta el funcionamiento del coche al depósito de AutoGas?
Como ya hemos mencionado anteriormente, los automóviles que utilizan AutoGas son vehículos bi-fuel: disponen de dos depósitos (GLP y gasolina) que son capaces de actuar de forma independiente sin alterar la conducción, otorgando al coche una mayor autonomía.
Para pasar de un modo de consumo a otro (de gasolina a AutoGas), basta con activar un conmutador instalado en el salpicadero del vehículo. Este proceso puede realizarse en cualquier momento y no es necesario detener el coche para ello, pero en automático funciona con AutoGas.
Tampoco es obligatorio cambiar tu coche actual para disponer de un depósito GPL, a pesar de que ya existe una amplia gama de vehículos propulsados con AutoGas, tan solo hay que realizar una sencilla adaptación del vehículo en cuestión ¿Dónde? En cualquiera de los 800 talleres transformadores que existen en España, por un módico precio de 1.200 euros. Además, los vehículos de AutoGas cuentan con las mismas prestaciones que los motores convencionales.
En definitiva: disfrutar de un vehículo con AutoGas está en tu mano. Tanto si quieres adquirirlo nuevo a través de alguno de los numerosos modelos que ofrecen los fabricantes de automoción más importantes o mediante una simple adaptación de tu coche de gasolina (a tu vehículo se le añadirá un depósito de almacenamiento que no te restará espacio en el maletero y un sistema de alimentación de gas).
Rosa M. García Álvarez – Directora de Comunicación de CEA