Algunas personas piensan que es una especie de renting, pero no lo es. La multiopción es una fórmula financiera que nos permite el disfrute de un vehículo durante un tiempo y su posterior devolución o compra. Su principal característica es que ofrece un coche nuevo a cambio de una entrada inicial o comisión de apertura y una cuota mensual, que se paga durante dos o tres años y que suele ser menor que la que se abonaría si se comprara el automóvil, y una cuota final que da la propiedad del coche.
En la cuota mensual, según lo que se pacte, suele estar incluida la financiación, el seguro, el mantenimiento, los impuestos... En definitiva, el cliente tiene la posibilidad de usar un vehículo con todo cubierto, excepto el carburante. Si se prefiere, en lugar de pagar cuotas mensuales, se puede abonar una única cantidad en el momento en el que se adquiere el coche.
El concesionario fija las cuotas mensuales y la cuota final, que se denomina Valor Futuro Mínimo Garantizado (VFMG), es decir, el valor que tendrá el vehículo pasados los dos o tres años de abono de cuotas. Para calcular este valor se tiene en cuenta el número de kilómetros que el usuario espera realizar. Finalizado el plazo pactado, el cliente tiene tres opciones:
Devolver el coche. Sin gastos adicionales, cuando vence el plazo pactado, se devuelve el coche al concesionario y se dejan de abonar las cuotas. De esta forma, sólo se paga por el vehículo el tiempo que se ha usado.
Cambiar el coche. El usuario decide que quiere cambiar de modelo de coche. Según las condiciones pactadas con la marca, puede recibir alguna compensación económica por acogerse de nuevo a la multiopción, con lo cual el siguiente coche le costará menos. En este caso, es recomendable elegir una marca que disponga de una gama amplia para seleccionar el modelo que mejor se adapta a las necesidades de cada momento.
Compra el coche. Si el cliente no quiere deshacerse del vehículo, puede comprarlo al finalizar el contrato de multiopción. En ese momento, pagaría el resto del coste del vehículo, bien en un único pago o con una nueva operación de financiación. En ese momento se procedería a realizar la transferencia del vehículo para ponerlo a tu nombre, si todavía no lo estaba.
Esta fórmula no se puede aplicar en coches seminuevos ni coches de segunda mano.
Olga Muñoz - Abogada de CEA