El Volvo XC90 es la categoría SUV más grande y preparada de la gama Volvo. Un coche diseñado para ofrecer cualidades fusionadas de ambos mundos, todoterreno y turismo. Su principal atractivo se basa en tres pilares: un gran espacio interior, una alta calidad de fabricación y un gran equipamiento tecnológico.
En este sentido, el modelo XC90 D5 cuenta con un nuevo sistema de fabricación denominado SPA (Scalable Product Architecture) el cual permite un mejor aprovechamiento del espacio interior.
Con un peso de 2130 Kg, en todas sus versiones ofrece motores diésel o gasolina de 4 cilindros sobrealimentados mediante turbocompresor colocados en posición transversal, su cilindrada es de 1969 cm³ de cilindrada y su consumo homologado es 5,7 l/100 km.
El Diesel parece preferible por su menor consumo y porque en carretera hay poca diferencia de ruido y suavidad de funcionamiento entre ambos motores.
El modelo XC90 D5 mide 4’95 metros de longitud, disponible en 5 o 7 plazas. Está a la venta desde 60.500 €. Su diseño viene con cambio automático – de ocho velocidades – y tracción total.
Hay cuatro niveles de equipamiento: Kinetic, Momentum, Inscription y R-Design. En el nivel Kinetic hay muchos elementos que no están disponibles, ni como extras, que sí lo están para el resto de niveles.
Su gran amplitud, principalmente en las dos primeras filas, permite que pasajeros de talla alta viajen en perfecto confort. Sin embargo, los dos asientos de la tercera fila son plazas reservadas a pasajeros de menor altura.
El nuevo Volvo XC90 D5 ha prescindido de la mayor parte de botones de la consola, reemplazándolos por una pantalla táctil ofreciendo una gran cantidad de opciones posibles. El principal motivo estriba en la seguridad de las personas que estén a bordo, ya que permite retirar menos tiempo la vista de la carretera.
En el apartado de seguridad, el XC90 estrena el sistema «Run-off road protection». Cuando este dispositivo detecta una posible salida de la calzada, tensa los cinturones de seguridad delanteros.
También son novedad el sistema de frenado automático en las intersecciones y el asistente de circulación en retenciones «Pilot Assist». El primero actúa sobre los frenos si, al girar en una intersección, prevé una colisión con otro vehículo que circule en sentido contrario mientras que el segundo sigue, de forma autónoma, al vehículo precedente si la velocidad es inferior a 50 km/h.
Rosa M García Álvarez – Directora de Comunicación CEA