Los vehículos históricos son un tesoro cultural que nos conectan con el pasado y despiertan la pasión de muchos entusiastas. Poseer y cuidar uno de estos vehículos clásicos no solo es una experiencia gratificante, sino que también puede traer beneficios adicionales, especialmente cuando se trata de acceder a las cada vez más comunes zonas de bajas emisiones en las ciudades.