Estoy en Santiago de Chile y tengo en mis manos un ejemplar del último libro que escribió el maestro Paco Costas, “Una vida sobre ruedas”, que mañana voy a regalar a mi amigo Joaquín Moreno, español que vive en Chile hace ya unos años por motivos de trabajo, y que también lleva el mundo del motor en las venas.
El próximo 11 de julio hará cinco años que nos dejó Paco en 2018. Parece que fue ayer. Recuerdo perfectamente la llamada de Cristina, la mujer de Paco, para informarme de su fallecimiento. Casualmente también estaba en Santiago, un día frío y lluvioso, acompañado del profesor Luis Montoro caminábamos por la calle, cerca del Palacio de la Moneda, acabábamos de salir de una reunión oficial. “Hola Rafa, quiero que sepas que Paco ha fallecido esta mañana”. Yo sabía perfectamente que Paco estaba ya muy enfermo, pero me costaba creer que el maestro, el amigo, ya no estaría entre nosotros.
Y hoy, casi un lustro después, en homenaje y recuerdo a Paco, reproduzco aquí la introducción de este último libro, que es autobiográfico:
“Conducir durante tantos años por las carreteras de medio mundo, competir como aficionado en las carreras de automóviles, , trabajar en el cine, la televisión, la radio, y en varios medios de prensa, y demás de otros cometidos que, aún siendo muy niño, me llevaron ser primer actor y solista del coro de mi colegio, monaguillo, aprendiz de mecánico, botones, impresor, pastelero, lechero, ferretero, avisacoches, vendedor de fruta y pan de estraperlo en un mercadillo, asiduo “topista” en los tranvías de Madrid, boxeador y torero (estos dos últimos aprendizajes duraron el tiempo que tardé en recibir la primera bofetada seria y el primer revolcón), estoy seguro que daría a cualquier buen escritor -que no es mi caso- tema para varios libros. Por tanto, querido lector, discúlpame de antemano y ten la seguridad de que, con más o menos estilo, todo lo que voy a contarte, si tiene algún valor por encima de lo literario, es la frescura del que cuenta su verdad tal como la ha visto y tal como la ha vivido”.
Paco, allá donde estés, que sepas que somos muchos los que recordamos y te echamos de menos. Tu labor en favor de la Seguridad Vial te ha trascendido. Enhorabuena amigo.
Rafael Fernández-Chillón. Presidente de CEA
