Ya se ha iniciado como cada año, fundamentalmente coincidiendo con el fin de los cursos escolares, el éxodo masivo de personas que abandonan las ciudades y se conducen hacia el campo, los pueblos o la costa para disfrutar de unas merecidas vacaciones de verano. Durante este período, se espera que millones de personas utilicemos las carreteras españolas, lo que inevitablemente conduce a atascos de tráfico y a un aumento en la posibilidad de accidentes.
Durante los meses de julio y agosto del año pasado, 191 personas fallecieron en carreteras españolas, y casi tres cuartas partes (71%) de los accidentes mortales se registraron en carreteras convencionales. Un drama que no podemos ni debemos olvidar.
Pero, ¿qué nos está pasando, que se están incrementando los siniestros viales? No me canso de repetir que España fue un modelo de éxito a nivel mundial en la reducción de fallecidos y heridos por accidentes de tráfico, pasando de estar en el “pelotón de los torpes” en los años noventa, a ser admirados por el resto de países de nuestro entorno; y ello se produjo por una conjunción de factores esenciales: voluntad política desde el gobierno, consenso de todos los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados, compromiso de las empresas privadas, como es el caso de CEA, y la voluntad de arreglar un problema país por parte del conjunto de la sociedad civil.
Pero estamos en 2024 y nos hemos estancado. Estamos empeorando las cifras y debemos reflexionar sobre ello y analizar qué está pasando. Y cuando amigos y cercanos me preguntan mi opinión, les digo que creo que la parálisis de tantos meses de la actividad de la Comisión de Seguridad Vial del Congreso de los Diputados es determinante. ¿Cómo vamos a solventar problemas evidentes si no se legisla, si la realidad social de una movilidad cambiante, con nuevas fórmulas como son por ejemplo los VMP o el carsharing, va mucho más deprisa que las normativas que regulan su funcionamiento? La Seguridad Vial no debería tener color político, pues salvar vidas y ahorrar sufrimiento a las víctimas de accidentes de tráfico es incoloro y sin ideología. O al menos debería serlo.
Por tanto, desde CEA pedimos que vuelvan los consensos, que el gobierno y los partidos de la oposición se tomen en serio la Seguridad Vial y potencien la actividad legislativa en el Congreso de los Diputados, reactivando las iniciativas de la Comisión que existe a tal efecto. Es su obligación conseguirlo.
Y nosotros los conductores, que también tenemos nuestra parte muy importante de responsabilidad, debemos exigirnos prudencia, respeto y responsabilidad. No olvidemos al ponernos al volante que, como nos decía la letra de una ya antigua canción: atención amigo conductor, tu enemigo es la velocidad.
Aprovecho desde aquí para desear a todos los socios de CEA en particular, y a todos los automovilistas españoles en general, un muy feliz verano.
Rafael Fernández-Chillón. Presidente de CEA.