Desde CEA estamos radicalmente en contra del anuncio del gobierno de que se va a cobrar a los conductores por el uso de las autovías de titularidad estatal en España, entre otros por los siguientes motivos.
¿Se trata un globo sonda?
La medida que se ha filtrado no es una novedad ni mucho menos. Si consultamos las hemerotecas comprobaremos que se trata de un globo sonda que ya se ha utilizado en ocasiones anteriores. Así ya en 2012 siendo ministra de Fomento Ana Pastor se anunció un peaje blando que no afectaría al sector del transporte. Más tarde, a finales del año 2018 esta propuesta fue nuevamente planteada por el ministro Ábalos, pero con el modelo aparente de protección al medio ambiente por el que pagarían un mayor precio los vehículos más contaminantes.
Una excusa que no responde a la realidad
Ahora, nuevamente se rescata esta idea en el ya famoso “Plan de Recuperación, Transformación y ResilIencia” presentado por el gobierno y por el que nos quieren trasmitir creer que poner pago de peaje en las autovías es algo absolutamente necesario impuesto desde Bruselas y, de no adoptarse esta medida, no nos llegarían los 140.000 millones de euros de los fondos europeos que España tiene que recibir. Algo tan incierto como que no se podía bajar el IVA de las mascarillas, cuando se vio que sí era perfectamente posible y no era una imposición de la Unión Europea.
Supuesto de doble fiscalidad
Además esta medida supondría que los ciudadanos españoles nos veríamos sometidos una doble imposición tributaria: por un lado esas autovías se han construido y mantenido con el pago de nuestros impuestos y ahora, además, nos pretenden hacer pagar por usarlas con una tasa de nueva creación.
Si durante tantos años todas las carreteras de titularidad estatal se han mantenido de forma adecuada con cargo a partidas destinadas a tal fin de los Presupuestos Generales del Estado, creemos que se puede y se debe seguir haciendo igual. Seguro que hay otros epígrafes presupuestarios en las que se puede recortar gasto público.
También estamos en contra de que se suban los impuestos de matriculación y de circulación, como igualmente se ha anunciado, pues ello conllevará un envejecimiento de la edad media del parque móvil español, con vehículos cada vez más inseguros, más contaminantes y menos eficientes desde el punto de vista energético. Es profundamente injusto que siempre se ponga el foco de la presión fiscal en los automovilistas en aquellos momentos de mayor voracidad recaudatoria.
Un tremendo daño al sector del transporte y al turismo
Igualmente el pago por el uso de las vías de alta capacidad estatales supondría un duro golpe a dos sectores tan económicamente maltrechos como son el de los transportes por carretera, que ya se han manifestado radicalmente en contra, como al turismo.
¿Queremos que los turistas extranjeros que llegan a España por carretera con sus vehículos se retraigan de venir, más que por el coste en sí, por las complicaciones para este nuevo pago por uso, como ya pasó en países como Portugal, cuando adoptaron la medida y que notaron que numerosos turistas españoles dejaron de viajar al país vecino por la infinidad de multas que se recibían?
Puede llevar a los conductores a las carreteras secundarias, con el peligro que ello supone
Con toda seguridad numerosos conductores, que lamentablemente serán los más débiles económicamente, y también de forma significativa los del transporte de mercancías, sector de gran relevancia económica que se encuentra particularmente afectado por la crisis, se verán obligados a dejar las autovías si pasan a ser de pago y circularán por carreteras convencionales, mucho más peligrosas por sus características técnicas, con lo que con toda seguridad aumentará la siniestralidad vial conllevando importantes costes materiales y, lo que es mucho peor, lesionados y vidas humanas.
Esperamos pues desde CEA que nuevamente se trate de un globo sonda, se recapacite con sentido común desde el gobierno y no llegue a prosperar esta medida que tan perjudicial sería para los automovilistas españoles y la sociedad en su conjunto, con especial incidencia en sectores estratégicos de nuestra economía.
Rafael Fernández-Chillón. Presidente de CEA