Una avería en carretera puede ser un hecho más peligroso de lo que parece. Y es que, para empezar, y dependiendo de la gravedad de la avería, podremos o no detener nuestro vehículo en un lugar lo más seguro posible, algo que en ocasiones no es posible y, por tanto, nos obligará a estacionar nuestro vehículo en un sitio en el que corremos peligro.
Cuando la avería se produce hay que actuar con más precaución ya que los vehículos circulan a mayor velocidad y es más fácil que se produzca una situación de peligro. Es muy importante mantener la calma para actuar adecuadamente:
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Lo primero es activar las luces de emergencia y retirar el vehículo hacia el arcén o a una zona segura siempre que sea posible. Si la avería se produce de noche también deberás activar la luz de posición.
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Apartar el vehículo a una zona segura y te pongas el chaleco reflectante antes de salir del mismo, dejando las luces encendidas y activando las de emergencia.
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Señalizar la avería con los triángulos de emergencia hasta que se sustituya por el uso del dispositivo de color luminoso, que se colocará en la parte más alta del vehículo inmovilizado, pero recuerda que antes de salir del coche es obligatorio que tanto el conductor como los pasajeros se pongan el chaleco reflectante. Si no lo haces te expones a una multa de 200 euros.
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Contactar con la compañía aseguradora que tengamos contratada para que envíen una grúa o empiece a actuar la asistencia en carretera.
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Durante la espera del auxilio, hay que mantenerse alejado de la calzada para evitar atropellos y riesgos innecesarios.
Rosa García-Moyano. Directora de Comunicación de CEA