Como en tantos ámbitos de nuestra sociedad las nuevas realidades van más deprisa que las regulaciones legales que las ordenan. Éste es sin duda el caso de los llamados Vehículos de Movilidad Personal o, en su abreviatura más extendida, los VMP.
Son vehículos que han llegado para quedarse y son una buena opción para mejorar la movilidad de nuestras grandes ciudades, en las que ya son un elemento al que nos hemos acostumbrado, de gran eficiencia energética y no contaminantes.
Pero con independencia de sus grandes e indudables ventajas, hay algo en lo que muchos usuarios de las vías urbanas pensamos, pero que parece que nadie se atreve a decir: ¿por qué estos vehículos circulan sin ninguna placa identificativa y sin el correspondiente seguro? e incluso voy más allá, aunque me eche en contra a los propios usuarios de los VMP: ¿cómo es posible que circulen por las ciudades, con lo peligroso que es el tráfico en las mismas, sin haber recibido ninguna formación específica pare ello, como tenemos que hacer el resto de conductores de un vehículo a motor?
La necesaria identificación del vehículo
Todo vehículo a motor debe estar debidamente identificado. Creo que la única excepción son las motos de cross, que sólo pueden circular por el campo. Muchos son los motivos para ello: desde conocer quién es el propietario del vehículo hasta poder identificar a su conductor en un determinado momento, para que pueda responder frente a posible daños materiales o personales cometidos por un accidente o una infracción de tráfico. Es una cuestión de necesaria seguridad jurídica de una posible víctima.
La protección de un seguro obligatorio
La normativa española en la Ley sobre responsabilidad civil y seguro en la circulación de vehículos a motor dice que el conductor de vehículos a motor es responsable, en virtud del riesgo creado por la conducción de éstos, de los daños causados a las personas o en los bienes con motivo de la circulación.
Por ello, y para la seguridad de los perjudicados todo propietario de vehículos a motor que tenga su estacionamiento habitual en España está obligado a suscribir y mantener en vigor un contrato de seguro por cada vehículo de que sea titular, que cubra, hasta la cuantía de los límites del aseguramiento obligatorio, su responsabilidad civil.
¿Es que los VPM no son, al fin y al cabo, unos vehículos a motor? Pues no entendemos cómo están hasta la fecha exentos de cumplir esta normativa
La formación para circular por las vías urbanas de nuestras ciudades
Por último, y tal vez más importante, es el absurdo de que se esté permitiendo la incorporación a la circulación en el ámbito urbano de conductores de VMP, que se mueven entre el resto de los vehículos, que no han recibido jamás ninguna formación vial. Ello supone un gran peligro para estos conductores que, al no conocer la normativa, es difícil que la puedan observar y respetar. Vemos a diario cómo se saltan los semáforos en rojo, cedas el paso o señales de stop que parece que no van con ellos. Y debemos entender todos que es algo sumamente peligroso para ellos mismos, que son los usuarios más vulnerables de la vía.
Por todo ello desde CEA pedimos tanto a la Comisión de Seguridad Vial del Congreso de los Diputados, como a la DGT y a los Ayuntamientos de las grandes ciudades que tomen cuanto antes cartas en el asunto y regulen adecuadamente la circulación de los VMP.
En único fin de esta petición es proteger a estos conductores, ahora desvalidos, y evitar que aumenten los lesionados y fallecidos entre los usuarios de esta nueva, eficiente, ecológica y económicamente interesante forma de movilidad urbana.
Rafael Fernández-Chillón. Presidente de CEA
