Yo creo que es muy fácil de entender: si nos dejan circular por una vía, circulamos. Ningún automovilista es tan irresponsable como para jugarse pasar una de las peores noches de su vida bloqueado durante más de doce horas en una carretera junto con sus familias, en muchos casos con niños pequeños o ancianos, sin agua ni comida.
Por tanto, la pregunta clave es: ¿quién dejó circular a miles de vehículos por una carretera que, a todas luces, era intransitable?, ¿quién cometió la omisión de no cerrar al tráfico las vías que quedaron colapsadas?
Por su interés transcribo el testimonio de primera mano de una socia de CEA y buena amiga que resultó afectada junto con su familia:
“Siempre me ha parecido encomiable la labor de la Guardia Civil y tienen mi máxima admiración y respeto, pero tengo que decir que anoche mi marido y yo junto con mis hijas fuimos una de las muchas familias que estuvimos 14 horas atrapados en la carretera pasando una de las peores noches de nuestras vidas y en todo ese tiempo no pudimos ver ningún tipo de ayuda hasta una hora antes de ser rescatados, y fue la UME. Ningún otro organismo oficial paso cerca de nosotros en todo ese tiempo. 14 horas son muchas horas como para que nada ni nadie pudiera hacer algo, que ayudara a esa situación y no me refiero a solucionarla de manera inmediata, sino a aliviarla, a dar algún tipo de servicio que ayudara a llevar mejor algo que ya no tenía remedio y que era pasar allí la noche.
Es cierto que la actuación de muchos conductores ayudó a empeorar la situación e impedir la labor de la Guardia Civil u otros medios, pero aquí ha habido mucha ineptitud y mucha desorganización por parte de varios responsables que no han estado a la altura de las circunstancias, y que no han sido capaces de solucionar esta dramática situación con eficacia y evitar que miles de personas sintiéramos, en los tiempos que vivimos, esa sensación de abandono y de falta de información, de ayuda y de medios por parte de nuestros cuerpos de seguridad, en los que confiamos. Pienso que sí se podía haber hecho algo más en todas esas horas de incertidumbre y angustia.”
Por otra parte, en esa noche dramática las redes sociales echaban humo ante la terrible situación de tantas familias afectadas en la carretera y uno de los mensajes que me llegó por infinidad de vías, presumiblemente escrito por un miembro de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, decía lo siguiente:
“Estoy leyendo la infinidad de comentarios, todos ellos negativos e incluso insultantes hacia la actuación de la Guardia Civil en general, y de la Agrupación de Tráfico, en especial en el temporal que está azotando la península estos días.
Bien, como hay tantísimo ingeniero versado y preparado en cómo tenemos que desarrollar nuestro trabajo, voy a intentar explicarles cuatro cositas brevemente.
Primero. Este y otros temporales, llevan anunciados varios días, pero aún así, el 80% de los conductores hace caso omiso de toda recomendación, no llevan cadenas de nieve (no solo hay que llevarlas, también hay que saber ponerlas). Si tenemos suerte y las llevan, señores, las cadenas se ponen en cuanto aparece la nieve, no cuando ya nos hemos salido de la carretera, o ya nos hemos quedado atascados.
Segundo. No tienen ni la más remota idea de cómo actuar en estas situaciones, y menos conducir con nieve, pero nuestra inutilidad, intentaremos camuflarla echando la culpa a otros. Como somos tan listos, y o no llevamos las cadenas, o no las hemos puesto a tiempo, nos quedamos atascados cortando el paso a otros usuarios e impidiendo que las máquinas quitanieves puedan realizar su trabajo, colapsando aún más las carreteras. Cuando ya hemos contribuido con nuestra torpeza a bloquear la carretera, es cuando llamamos al 112, y pretendemos que haya una pareja de la Guardia Civil cada 50 metros para atendernos a nosotros, pero claro, como tampoco pueden llegar por el colapso, entonces nos metemos en nuestra red social y les ponemos a caer de un burro, y ya empezamos a divagar sobre los radares, sobre las denuncias, etc.
Señores “iluminados”. Miren su ombligo primero, y cuéntenos en su red social, como ha sido su actuación en la carretera con el temporal, y así nos da opción de ponerle a parir también. Ahhhh, y mañana intentaré ir a sus trabajos y explicarles detalladamente cómo tienen que desarrollar su labor, incluso aunque sean cirujanos cardiovasculares, porque como en este país todos sabemos de todo...
Un fortísimo abrazo y mucho ánimo a todos los compañeros que se están batiendo el cobre en estos momentos.”
No es la primera vez que en CEA vivimos estas situaciones y sentimos la impotencia de no poder ayudar más a nuestros socios y clientes, ya que a nuestras grúas y coches taller les es imposible llegar a asistir a los vehículos afectados. Aunque tienen la gran ayuda de poder hablar con nuestro servicio médico y nuestros abogados que estuvieron al pie del cañón las 24 horas pendientes de posibles socios de CEA afectados.
Tampoco será la última ocasión en que veremos con estupor como estas lamentables situaciones se usan como arma arrojadiza entre los partidos políticos del Congreso, con el único fin de producir desgaste, pero sin aportar soluciones de mejora.
Como conductores sólo nos queda ser cada vez más precavidos, tener mejor formación ante la conducción invernal, incluso con la realización de cursos específicos y estar mejor informados de la climatología reinante.
Y consolarnos pensando que, como dice el refrán; año de nieves, año de bienes.
Rafael Fernández-Chillón. Director general de CEA.
