En algún momento de nuestra vida, muchos hemos podido pensar que entre conducir de día y de noche no hay diferencia, pero nada más lejos de la realidad. La conducción nocturna presenta una serie de riesgos que no encontramos cuando conducimos de día.
Es decir, nuestra visión en la conducción disminuye durante la noche independientemente de la iluminación que nos ofrecen los faros del vehículo, la agudeza y el campo visual se ven notablemente reducidos. En este sentido, resulta más complicado tanto calcular la velocidad, mayor tiempo de interpretación de la señalización vial y un aumento de la fatiga.
Desde CEA aconsejamos que los sistemas de iluminación del vehículo estén siempre en perfecto estado, y que se valoren dichos sistemas en el momento de adquirir un nuevo vehículo.
Consejos para practicar una conducción nocturna segura
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Adaptar la velocidad del vehículo a la visibilidad de la vía. Con esto se logra reducir el nivel de fatiga del conductor, con lo que aumentará su atención y se reducirán las situaciones de peligro.
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La utilización de las luces de carretera (largas) mejora la visibilidad del conductor, aunque debemos ser cautos en este aspecto y cambiar a las luces de cruce (cortas) cuando la situación lo requiera para no deslumbrar al resto de vehículos que circulan por la vía.
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Debemos de prestar especial atención a los deslumbramientos, ya que generan situaciones de peligro. En estos casos debemos mantener la trayectoria del coche, y reducir la velocidad para adaptarla al nuevo y reducido campo de visión. En estos casos, es aconsejable guiarnos por la línea blanca que delimita la parte derecha del carril, e incluso podremos llegar a detener nuestro vehículo – señalizando correctamente – si esta situación persiste.
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No aconsejamos circular de noche con alguna de las luces del interior del coche encendidas, puesto que puede provocar una reducción considerable en la visibilidad de la calzada.
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Por último y aunque no menos importante, son las consecuencias que provoca conducir con fatiga. Es importante tenerla en cuenta ya que este factor está muy presente en los accidentes de tráfico: para ello debemos descansar antes de emprender un viaje nocturno, no ingerir comidas copiosas y detenernos en el momento en que detectemos síntomas de somnolencia y cansancio.
Los sistemas de iluminación son claves para una conducción segura. Debemos valorar las nuevas tecnologías en iluminación como elemento de seguridad a la hora de comprar un nuevo vehículo, así como revisar el correcto funcionamiento de los mismos.
Rosa M. García Álvarez – Directora de Comunicación de CEA
