Los desplazamientos en carretera requieren de la atención completa de la persona que está al volante y el buen comportamiento de los demás pasajeros. Es por esto y para evitar accidentes de tráfico, que la Dirección General de Tráfico (DGT) quiere recordarles a los conductores que encender un cigarrillo, tirar la ceniza, apagar el cigarrillo y hasta fumarlo, son un conjunto de acciones que terminan siendo distracciones al volante y una amenaza para la seguridad vial.
Para encender un cigarrillo se necesitan 4,1 segundos, que serán segundos de conducción donde no se tendrá plena concentración en la carretera. Esto quiere decir que se recorren más de 100 metros con distracciones y existe un alto riesgo de sufrir un accidente de tráfico.
Es importante también recordar que fumarse un cigarrillo requiere de por lo menos tres o cuatro minutos, y que estos son minutos donde no se conduce con ambas manos en el volante, por lo tanto, es peligroso a la hora de tomar el control del coche.
Además, está comprobado que el humo del tabaco altera la capacidad motora y cognitiva, es decir, se tienen menos reflejos cuando más se necesitan y esto facilita los accidentes.
¿Realmente se puede fumar al volante?
El Código de Circulación no prohíbe fumar mientras se conduce, tampoco prohíbe acciones específicas como comer o maquillarse, pero sí prohíbe todo aquello que suponga disminuir la atención del conductor, y estas acciones mencionadas anteriormente son sin duda una distracción al volante. Es por esto que fumar puede terminar causando una multa de hasta cien euros.
Asimismo, está prohibido lanzar objetos en la vía, sobre todo si estos pueden ocasionar incendios o afectar la seguridad vial; es decir, lanzar un cigarrillo o sus colillas, puede ser considerado una infracción grave y venir con una multa de por lo menos 200 euros, además de quitar 4 puntos en el carné.
Las multas, la pérdida de puntos y los incendios, son motivos suficientes para no fumar al volante, pero en CEA te dejamos también estos otros puntos que te convencerán de no hacerlo.
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No se considera una infracción, pero sí puede ser sancionado porque como dijimos anteriormente, implica una distracción para el conductor.
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Perjudica la salud de todos los pasajeros del coche. Además, como se trata de un espacio reducido, el humo llega con mayor facilidad y directamente al resto de los pasajeros, convirtiéndolos en fumadores pasivos. Hoy en día hay países que tienen prohibido fumar en el coche, sobre todo si hay niños.
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La capacidad de reacción del conductor se ve afectada por el cigarrillo, mientras lo enciende, lo fuma, lo apaga y sumado a esto que no puede agarrar el volante con las dos manos y la firmeza que se necesita.
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Se reduce la eficiencia del filtro de habitáculo, que tiene como finalidad garantizar la calidad del aire que circula. Esto hará que el filtro se tenga que cambiar con más frecuencia de lo habitual
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El punto anterior hace que el aire que se respira sea menos puro, al ser así, puede agravar alergias, estornudos, ataques de tos y molestias.
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El coche adquiere un olor diferente por culpa del cigarrillo y éste es difícil de eliminar, también puede causar mareos si se realizan viajes largos.
Adriana Grossmann – Departamento de Comunicación
